Una de las películas relacionadas con la didáctica es Lugares comunes. Es una película que me encanta pero la secuencia final es la que más me llama la atención.
En esa última escena, el profesor argentino se dirige a sus alumnos del último año de Magisterio, haciendo al mismo tiempo, una crítica al modelo de enseñanza academicista, al que acusa de fomentar simplemente la memorización de una serie de conocimientos que al ser impuestos a la fuerza, la mayoría de los alumnos olvidan rápidamente.
El profesor les aconseja a esos futuros profesores frente a los que se encontraba, que deben hacer que sus alumnos piensen y se hagan preguntas, es decir, les aconseja el modelo socio-crítico de enseñanza, y les propone un reto “despierten en sus alumnos el dolor de la lucidez, sin límite y sin piedad”.
Esta profunda frase, nos invita a ser críticos y a no conformarnos únicamente con lo que nos dice un individuo, debemos buscar diversas fuentes de información y seleccionar aquella información que nos resulte más coherente y práctica.
Así como, nos anima a no abandonar nunca el deseo de aprender y a conocer la realidad, aunque en ocasiones no sea agradable, porque para mejorarla es imprescindible conocerla; y éste es precisamente el objetivo principal de los educadores y trabajadores sociales, mejorar la triste realidad.
